La época estival es un buen momento para parar, tomarse un tiempo para desconectar del exterior y conectar con uno mismo, descansar el cuerpo y la mente, reflexionar…
Aunque no hayas hecho mucha actividad física a lo largo del año, es muy probable que hayas tenido una intensa carga y mucha actividad mental. El trabajo, las obligaciones dentro y fuera de casa, decisiones que hayas tenido que tomar. La mente necesita un descansos, oxigenarse, poner distancia, cargarse de energía e incluso muchas veces tener el espacio y el tiempo para tomar decisiones, definir ciertos objetivos a cumplir el resto del año.
Un ejercicio que propongo es, el comprometerse cada día con uno mismo y buscar un momento del día para poder estar en silencio, en algún lugar tranquilo que te transmite serenidad, sentarse cómodamente y escribir lo que te venga a la cabeza, aquello que sientas y te apetezca expresar, pensamientos, ideas, deseos… Incluso hacer una lista con tus objetivos, definir éstos en cuatro listas distintas según tus objetivos sean a nivel personal, social, familiar o laboral. A poder ser escribir tres objetivos de cada.
Si te da pereza escribir o ponerte a pensar en el
futuro y prefieres estar más enfocado en el presente, te propongo que te sientes sencillamente a respirar y estar contigo mismo (éste es un ejercicio sencillo pero muy poderoso y saludable para poder descongestionar la mente y liberarla, hacer una especie de reset)
Aquí te propongo unos ejercicios respiratorios:
- Coloca las manos en tu
abdomen (entre ombligo y pubis) y simplemente inhalando por la nariz lleva el aire a esta parte del cuerpo hinchando la tripa y exhalando por la boca simplemente permite que el aire salga de manera natural y relajada.
- Colocando las manos en la zona del estómago (o diafragma) realizar varias respiraciones sintiendo como el aire se expande en todas direcciones (hacia delante, los lados y detrás) exhalando también de manera natural y muy pausada.
- Colocar las manos en el esternón (hueso situado sobre el pecho, bajo la garganta) inspirando a esta zona y exhalando calmadamente.
- Para finalizar, visualiza todo tu espacio interno como si tu cuerpo fuera una tubería
sintiendo como el aire entrando por la nariz abarca todo el espacio interior llenándote de aire desde el abdomen hasta la garganta, exhalando vaciándote de aire abajo a arriba.
Puedes realizar 10 respiraciones de cada e incluso «jugar» con los tiempos respiratorios intentando inspirar en cinco segundos y exhalar en otros cinco pudiendo retener el aire al inhalar otros cinco segundos y mantener una apnea al exhalar durante el mismo tiempo. Seguro después de estos ejercicios sentirás tu mente más relajada y despejada.
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